Holmes recoge los primeros pasos y tropiezos que dieron sus amigos Cassady, Kerouac y Ginsberg que los lanzarían a la eternidad literaria.
Esta historia del sexo, el jazz, las drogas y las calles del Nueva York de finales de los 40 nos muestra que la generación beat no se limitó a inventar una forma de vida: también una literatura y un modo revolucionario de mirar.