María Casares estudió interpretación en el Conservatorio de París a pesar de sus dificultades con el idioma, que decidió aprender enseguida. Conoció a Albert Camus y mantuvo una relación sentimental con él hasta la muerte de este en 1960. Con su tenacidad y esfuerzo, se convirtió en la musa del existencialismo francés, interpretando obras de Camus, Sartre, Claudel o Jean Cocteau, entre otros. Era ante todo una mujer libre.