Cuentos luminosos reúne cuatro de los primeros relatos escritos
	por James, hoy quizá menos conocidos. En el primero de ellos,
	«Historia de una obra maestra» (1868), un viudo rico y distinguido
	que se halla prometido a la hermosa Marian Everett encarga
	al pintor Charles Baxter el retrato de su prometida. Una vez
	terminado, sin embargo, el novio se da cuenta de que la pintura
	va más allá del parecido físico y que algunos rasgos reflejan una
	personalidad inquietante. El segundo cuento, «Compañeros de
	viaje» (1870), nos presenta a un estadounidense que, de turismo
	por Italia, se enamora de una compatriota, Charlotte, que viaja
	son su padre. Él decide revelar sus sentimientos cuando llegan
	a Venecia, aunque ella se reserva los suyos. Más adelante, un
	embarazoso incidente dará un giro inesperado a la historia,
	cuya conclusión no acabará hasta que todos lleguen a Roma.
	La tercera narración es «La confesión de Guest» (1872). En ella
	Edgar Musgrave se reúne en un balneario con su hermanastro
	David, en donde coincidirán con John Guest, un corredor de
	bolsa al que Edgar acusa de haberle estafado veinte mil dólares.
	Edgar obligará al supuesto culpable a confirmar su delito, pero la
	humillante confesión acarreará conflictos morales y condicionará
	a todos. Unos años posterior a estos tres relatos es «Las razones
	de Georgina» (1885). Ambientado en el Nueva York de mediados
	del siglo XIX, narra la historia de dos enamorados, el teniente
	Raymond Benyon y la distinguida Georgina Gressie, que se ven
	obligados a casarse en secreto. Pero sus destinos se separarán
	cuando él marche de misión y ella viaje a Génova con una amiga.
	Allí dará a luz a su hijo y decidirá entregarlo a una campesina para
	seguir ocultando a su esposo la buena nueva. Pero Raymond, en
	un capricho del destino, acabará por enterarse.